
Cuando la marea los quiere tapar, en el corazón de la noche pagan con promesas los nenes de oro.
¿Cómo actúan esos tipos felices? ¿Cómo brillan sus muecas festivas?
Si acarician pasteles de culo sanos, muy fuertes y azucarados.
Sudar no les cambia la racha, no. Llevan el juego en la sangre y van descarados, lindos varoncitos de oro.
Viven temiendo despertar de sus sueños. Van de vampiros de arrabal.
Adidas digitales, Pepsi inyectable y dame más, dame más.
Que milagroso día el de hoy.
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